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5/04/12

Posible nueva cura para la esclerosis lateral amiotrófica (ELA)

Científicos de la compañía Trophos, de Marsella, han descubierto un componente de fármaco que parece proteger a las neuronas de los efectos de la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que produce una rápida degeneración de las neuronas motoras del cerebro y de la médula espinal.

En concreto, se trata de un compuesto llamado olexomina que promueve la supervivencia y regeneración de aquellas neuronas privadas de factores neurotróficos (proteínas esenciales para mantener las neuronas sanas).

Esta privación es similar a lo que ocurre a las neuronas de los enfermos de ELA.

Aunque el mecanismo de acción de la olexomina aún no se conoce con exactitud, los investigadores creen que este compuesto actuaría como un “tapón” molecular, evitando que las neuronas motoras se mueran mediante el bloqueo de la estructura principal que provoca la degeneración de la mitocondria de las células nerviosas.

Hasta ahora, la búsqueda de una cura para la ELA o enfermedad de Lou Gehrig ha resultado frustrante.

Con este descubrimiento, surge la esperanza de que se pueda crear un nuevo tipo de tratamiento.

La Administración de Alimentos y Drogas (FDA) ha aprobado el primer tratamiento de medicamentos para la enfermedad-riluzole (Rilutek).

Se cree que el riluzole reduce el daño a las neuronas motoras al disminuir la liberación del glutamato.

Los ensayos clínicos con pacientes con ELA muestran que el riluzole alarga la supervivencia por varios meses, especialmente en aquellos con dificultad para tragar.

El medicamento también prolonga el tiempo antes que el paciente necesite usar un respirador artificial.

El riluzole no revierte el daño ya hecho a las neuronas motoras y se debe vigilar a los pacientes que toman este medicamento para ver que no haya daño al hígado u otros efectos secundarios posibles.

Sin embargo, esta primera terapia específicamente para la enfermedad ofrece esperanza que algún día se pueda disminuir el avance de la ELA con nuevos fármacos o combinaciones de medicamentos.

Otros tratamientos para la ELA están destinados a aliviar los síntomas y a mejorar la calidad de la vida de los pacientes.

Es mejor que este cuidado de apoyo sea otorgado por equipos de profesionales de la salud de diversas disciplinas como médicos, farmacéuticos, terapeutas físicos, ocupacionales y del habla, nutricionistas, trabajadores sociales, y enfermeras que otorgan cuidados en la casa y en los hospicios.

Al trabajar con los pacientes y las personas que los cuidan, estos equipos pueden diseñar un plan individualizado de terapia médica y física y proporcionar equipos especiales para mantener a los pacientes lo más móviles y cómodos posibles.

Los médicos pueden recetar medicamentos para ayudar a reducir la fatiga, disminuir los calambres musculares, controlar la espasticidad, y reducir el exceso de saliva y flema.

También hay medicamentos disponibles para ayudar a los pacientes con el dolor, la depresión, problemas para dormir, y la constipación.

Los farmacéuticos pueden aconsejar sobre el uso de medicamentos y vigilar las prescripciones del paciente para evitar el riesgo de interacciones peligrosas entre los medicamentos.

La terapia física y los equipos especiales pueden mejorar la independencia y seguridad de los pacientes en el transcurso de la ELA.

El ejercicio aeróbico moderado de bajo impacto, como caminar, nadar, o andar en una bicicleta estacionaria, puede fortalecer los músculos no afectados, mejorar la salud cardiovascular, y ayudar a los pacientes a combatir la fatiga y la depresión.

Los ejercicios para mejorar el alcance del movimiento y la flexibilidad (estiramientos) pueden prevenir la espasticidad y el acortamiento (contractura) de los músculos, que son muy dolorosos.

Los terapeutas físicos pueden recomendar ejercicios que proporcionen estos beneficios sin esforzar demasiado a los músculos.

Los terapeutas ocupacionales pueden sugerir aparatos como rampas, aparatos ortopédicos, andadores, y sillas de ruedas que pueden ayudar a los pacientes a conservar su energía y mantenerse móviles.

Los pacientes con ELA que tienen dificultad para hablar se pueden beneficiar trabajando con un terapeuta del habla.

Estos profesionales de la salud pueden enseñar a los pacientes estrategias de adaptación, como técnicas para ayudarles a hablar más alto y con más claridad.

Al progresar la enfermedad, los terapeutas del habla pueden ayudar a los pacientes a desarrollar modos de contestar preguntas de manera afirmativa o negativa con sus ojos, o por otro medio no verbal, y pueden recomendar equipos como los sintetizadores del habla y sistemas de comunicación utilizando computadoras.

Estos métodos y aparatos pueden ayudar a que los pacientes se comuniquen cuando ya no pueden hablar ni producir sonidos vocales.

Los pacientes y sus cuidadores pueden aprender de los terapeutas del habla y de los nutricionistas cómo planificar y preparar varias comidas pequeñas a lo largo del día que proporcionen suficientes calorías, fibra y líquidos, y cómo evitar comidas que sean difíciles de tragar.

Los pacientes pueden comenzar a usar aparatos de succión para remover el exceso de líquido o de saliva y evitar que se ahoguen.

Cuando los pacientes ya no pueden obtener suficiente alimento comiendo, los médicos pueden aconsejar que se introduzca un tubo de alimentación en el estómago.

El uso de un tubo de alimentación también disminuye el riesgo de atoramiento y de neumonía que puede resultar al aspirar los líquidos dentro de los pulmones.

El tubo no es doloroso y no impide que los pacientes se alimenten oralmente si lo desean.

Cuando los músculos que ayudan en la respiración se debilitan, se puede usar asistencia nocturna de ventilación (ventilación con presión positiva intermitente [IPPV, por sus siglas en inglés] o presión positiva de doble nivel en las vías respiratorias [BIPAP, por sus siglas en inglés]) para ayudar a la respiración cuando el paciente está dormido.

Estos aparatos inflan artificialmente los pulmones del paciente mediante varias fuentes externas que se aplican directamente sobre la cara o el cuerpo.

Cuando los músculos ya no pueden mantener los niveles de oxígeno y de dióxido de carbono, se pueden utilizar estos aparatos todo el tiempo.

Eventualmente, los pacientes pueden considerar formas de ventilación mecánica (respiradores) en las que una máquina infla y desinfla los pulmones.

Para que sean efectivos, puede ser necesario el uso de un tubo que pasa de la nariz o la boca hacia la tráquea y, en caso de necesitarlo por largo tiempo, una operación como una traqueotomía en la que se introduce un tubo plástico para respirar directamente en la tráquea del paciente a través de una apertura en el cuello.

Los pacientes y sus familias deben considerar varios factores al decidir si van a usar una de estas opciones y cuando. 

Los aparatos de ventilación difieren en su efecto sobre la calidad de vida del paciente y en su costo.

Aunque el uso de un respirador puede aliviar los problemas respiratorios y prolongar la supervivencia, su uso no afecta la progresión de la ELA.

Los pacientes necesitan estar totalmente informados sobre estas consideraciones y los efectos a largo plazo de una vida de inmovilidad antes de tomar una decisión sobre el uso de un respirador.

Los trabajadores sociales y las enfermeras de cuidado en casa o en los hospicios pueden ayudar a los pacientes, a sus familias y a quienes les cuidan con los desafíos médicos, emocionales y financieros que confrontan en el cuidado de la ELA, especialmente en las etapas finales de la enfermedad.

Los trabajadores sociales pueden asistir en obtener ayuda financiera, en hacer arreglos para redactar un poder o mandato para el período de incapacidad ("durable power of attorney"), en la preparación de un documento de voluntades anticipadas ("living will"), o en encontrar grupos de apoyo para los pacientes y sus cuidadores.

Las enfermeras de cuidado en casa no están sólo para dar cuidados médicos sino también para enseñar a las personas encargadas de cuidar a los pacientes, tareas como el mantenimiento de los respiradores, cómo se realiza la alimentación por tubo y cómo se mueve a los pacientes para evitar problemas dolorosos de la piel y contracturas.

Las enfermeras de hospicio en casa trabajan en consulta con los médicos para asegurar una medicación adecuada, control del dolor y otros cuidados que afectan la calidad de vida de los pacientes que deseen permanecer en sus casas.

El equipo del hospicio que viene a la casa también puede aconsejar a los pacientes y a sus cuidadores sobre asuntos relacionados con el fin de la vida.

¿Qué investigaciones se están realizando?

NINDS, parte de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH), es la agencia principal del gobierno federal que apoya las investigaciones biomédicas de la ELA.

Los objetivos de estas investigaciones son encontrar la causa o causas de ELA, comprender los mecanismos involucrados en el progreso de la enfermedad, y desarrollar un tratamiento efectivo.

Los científicos están tratando de comprender los mecanismos que desatan que ciertas neuronas motoras degeneren en la ELA y de encontrar enfoques eficaces para detener el proceso que lleva a la muerte celular.

Este trabajo incluye estudios en animales para identificar los medios por los que las mutaciones del SOD1 llevan a la destrucción de las neuronas.

También se está estudiando de cerca la acumulación excesiva de radicales libres, que ha sido implicada en varias enfermedades neurodegenerativas incluyendo la ELA.

Además, los investigadores están examinando cómo la pérdida de factores neurotróficos puede estar involucrada en la ELA.

Los factores neurotróficos son químicos que se encuentran en el cerebro y la médula espinal que desempeñan un papel vital en el desarrollo, la especificación, el mantenimiento y la protección de las neuronas.

El estudio de cómo estos factores se pueden perder y cómo esta pérdida puede contribuir a la degeneración de las neuronas motoras puede llevar a un mejor entendimiento de la ELA y al desarrollo de estrategias neuroprotectoras.

Al examinar este y otros factores posibles, los investigadores esperan encontrar la causa o causas de la degeneración de las neuronas motoras en la ELA y a desarrollar terapias que detengan el progreso de esta enfermedad.

Los investigadores también están realizando investigaciones para aumentar su entendimiento del rol en la ELA de la muerte celular programada o apoptosis.

En los procesos fisiológicos normales, el apoptosis actúa como un medio para eliminar aquellas células corporales que ya no son necesarias, haciendo que cometan un "suicidio celular".

Se cree que los factores tróficos controlan el balance crítico entre la muerte celular necesaria y el mantenimiento de las células esenciales.

El apoptosis también es un factor reconocido en otras enfermedades neurodegenerativas además de la ELA, como la enfermedad de Parkinson y el Alzheimer, y se cree que es una de las causas principales del daño cerebral secundario que se ve después de una apoplejía o trauma.

Descubrir lo que desencadena el apoptosis puede eventualmente llevar a intervenciones terapéuticas para la ELA y otras enfermedades neurológicas.

Los científicos aún no han identificado un marcador biológico confiable para la ELA, es decir, una anormalidad bioquímica compartida por todos los pacientes con la enfermedad.

Una vez que se haya descubierto tal biomarcador y se hayan desarrollado las pruebas para detectar el marcador en los pacientes permitiendo una detección y diagnóstico temprano de la ELA, los médicos tendrán una herramienta valiosa que les ayudará a seguir los efectos de las terapias nuevas y vigilar el progreso de la enfermedad.

Los investigadores apoyados por el NINDS están estudiando familias con ELA que no tienen la mutación SOD1 para localizar genes adicionales que causan la enfermedad.

La identificación de genes adicionales de la ELA permitirá realizar pruebas genéticas que sirvan para la confirmación de un diagnóstico de ELA y para una detección prenatal de la enfermedad.

Este trabajo con la ELA familiar también puede llevar a un entendimiento mayor de la ELA esporádica.

Debido a que la ELA familiar es casi clínicamente indistinguible de la esporádica, algunos investigadores creen que los genes de la ELA familiar también pueden estar involucrados en las manifestaciones de la forma más común de la ELA esporádica.

Los científicos igualmente esperan identificar los factores de riesgo genético que predisponen a las personas a la ELA esporádica.

Se están investigando las terapias potenciales para la ELA en modelos animales. 

Parte de este trabajo involucra tratamientos experimentales con el SOD1 normal y otros antioxidantes.

Además se están estudiando los factores neurotróficos para determinar su potencial para proteger a las neuronas motoras de degeneración patológica.

Los investigadores están optimistas que estas y otras investigaciones básicas eventualmente llevarán a tratamientos para la ELA.




1 comentario:

  1. y donde podemos conseguir el farmaco olexomina les agradeceria me enviaran informacion a mi correop isordia69@gmail.com

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